domingo, 8 de julio de 2012

No puedo dormir

La lluvia repiquetea tras los cristales de esta vieja casa donde nos hemos refugiado al amanecer. No es mas que un montón de ruinas con un sótano bien protegido del sol, probablemente, al igual que yo, ha vivido tiempos mejores, hace mucho ya. Pero no pudimos encontrar nada mejor en tan poco tiempo, casi nos encontramos con el sol de cara.
No puedo dormir, mi cuerpo tendría que estar sumido en un profundo letargo, pero aquí estoy, escribiendo y observandole, observo como su cuerpo se mece al compás de su respiración, escucho los firmes latidos de su corazón y... no puedo dormir.
Su sangre, dulce, densa, retumba en mis venas, rezuma por cada poro de mi pálida piel, y, como una dosis de la droga mas potente, me transporta a otro mundo, otro mundo donde puedo llegar a imaginarme que todo esto es posible, que incluso a alguien como yo, ni viva ni muerta, la vida le tiene preparadas sorpresas embriagadoras.
Me despido una vez mas, pues mis ojos comienzan a cerrarse.
Hasta que volvamos a vernos. Siempre vuestra.
Gabrielle.